jueves, 25 de septiembre de 2014

Una de las dos Españas ha de helarte el corazón


"... la Guardia Civil no tiene por qué dar explicaciones a nadie de sus actos, que no hace falta ningún juicio para decidir que una persona es culpable, que toda ley debe cumplirse, aunque sea injusta, sólo porque es la ley. Otras personas, muchas más, no lo creen, pero no se atreven a decirlo en voz alta porque tienen miedo, y les gustaría vivir en un país diferente, con leyes diferentes, una policía diferente que cumpliera con otra clase de deberes, pero encogen los hombros y se callan para que no les pase nada malo, porque saben que la clase de cosas que pasan, y hasta qué punto puede ser peligroso llevar la contrario a los que tienen el poder." "El lector de Julio Verne" Almudena Grandes.

(Antigua prisión franquista de El Puerto de Santa Mª anexada al Monasterio de la Victoria.Autor: Javier de Lucas)


Recientemente he leído otra obra de Almudena Grandes cuyo apellido en singular me recuerda la calidad de escritora que es. No sé cuáles son mis ideas políticas, no estoy seguro pero tengo claro que nunca estarán allí donde resida la opresión de las personas, sea como fuere. Pero esa no es la cuestión que me planteo. La cuestión que me planteo es que este aglomerado de nacionalidades que recoge nuestra Carta Magna en su segundo artículo pero que no veo reflejado aunque existan diecisiete reinos de Taifas inventados para el buen propósito de los que se autoproclaman representantes del pueblo pero son absolutistas del siglo XV, todo con el pueblo pero sin el pueblo, no avanzará hasta que no sea cotidiano hablar de la Guerra Civil sin que haya rencores por ningún bando.

Ahora, cuando los pocos que quedan que pegaron tiros en esa confrontación fraticida que dicen algunos, ahora que los niños de la guerra son cada vez menos y muchos españoles tuvieron que partir porque aquí no se podía vivir aunque fueras del bando ganador, ahora es el momento de copiar a los alemanes en algo, sin que ellos vengan a decirnos lo que tenemos que hacer: tenemos que imitar y copiar a los alemanes en su tratamiento del Fascismo. De como la infancia alemana, desde que cayó el III Reich, conoce, reconoce y vomita cuando le hablan de Hitler y sus secuaces. Lo mismo que tendríamos que hacer nosotros con Franco, el cantimplora. Porque si no lo hacemos, no podemos llamarnos demócratas, no podemos considerar que se haya resarcido a todas esas personas que padecieron la imposición de un Reich bajito y moreno que dirían los entendidos que masacró a las personas leales a la legalidad vigente por entonces, que llenó nuestras cunetas de cadáveres, de lágrimas de esposas, hijas y familiares.

Pero no esperemos que vengan a solucionarlo. La tan famosa Casta no va a venir a arreglar lo que tenía que haberse arreglado. Han pasado 40 años desde que murió el dictadorzuelo. Sus herederos siguen entre nosotros y se consideran demócratas pero han descubierto como volver a aquellos años de sufrimiento, parcialmente pero lo han logrado, y tratan de imponernos su régimen, con el poder de los votos, con el poder del pueblo pero sin el pueblo. Ese pueblo que pasa hambre, necesidad, que no tiene lo que debe tener el tan manido Estado Social y Democrático de Derecho ... porque estamos para lo que ellos quieran porque son la Casta, sin que importen las siglas, PP, PSOE, que más da y la Izquierda hUndida llenando sus tripas, estómagos agradecidos, mientras que sus muertos se revuelven allá donde yazcan, sin importar que sean cunetas como tumbas en el Extranjero, desde Francia hasta Australia, pasando por Méjico.

Porque ha sido necesario que pasen cuarenta años para que algunos nos enteremos de todo sin que nos restrieguen por la cara que la Democracia está presente en nuestros días ... porque la Justicia es injusta cuando aplica leyes injustas... porque la policía actúa como aquella policía ante las que muchos corrieron ... porque los jueces que tenemos son herederos de los que lo fueron, en su mayor medida, ..., y así hasta el hartazgo.

Es necesario que se hable de todo lo que ha pasado en este país. No van a pedir perdón porque ni mi abuelo pidió perdón por estar en el bando insurgente, ni cuando llegó la democracia, ni cuando se dió cuenta de su error en el lecho de muerte (espero). Pero hoy estaría muy contento de cómo de bien lo han hecho sus herederos que siguen la estela marcada por aquellos padres que tiraron el Orden legal de entonces porque no estaban conformes aunque se hubieran celebrado elecciones y hubieran perdido ... porque fueron malos perdedores y ahora en el poder tienen miedo de que haya gente que realmente se preocupe por el pueblo. Yo, que siempre me ha perseguido ser hijo de ..., nieto de ... en su día, me bajo del carro. Me da igual lo que digan y lo que piensen de mí. Sólo sé que tengo la tranquilidad de caminar todos los días al trabajo con la conciencia tranquila, de ayudar al que se pone delante de mí en lo que está al alcance de mi mano porque para eso creo que tiene que estar uno y darme la libertad de llorar por el sufrimiento de los demás aunque quede alejado en el tiempo y en el espacio.

Porque es necesario que se hable de la Guerra Civil en este país y se anule el grato recuerdo que tienen los herederos del Dictador de ver las marcas que quedan como algo glorioso y no algo de lo que avergonzarse sin que haya que ensalzar a la otra España ... que no está ya y que tampoco lo quiere.

Otro día hablaremos de la iglesia católica.

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